Adicción a la tecnología
TRATAMIENTO DE LA ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
ADICCIÓN A LA TECNOLOGÍA
Ya no son tan nuevas como su nombre indica. A día de hoy es más común referirse a ellas como TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). Independientemente del nombre que les queramos dar, la realidad es que a día de hoy muchos adultos, adolescentes y, lo que es más preocupante, una gran cantidad de niños presentan un importante grado de adicción.
A finales de 2016 iniciamos un nuevo programa de detección y tratamiento de la adicción a las nuevas tecnologías desde -ÁREA 44- Centro Psicopedagógico. Pocos meses después de su inicio, comenzamos a observar el impacto que genera en las personas con las que estamos trabajando. Creemos que el éxito de esta intervención radica en dos aspectos que consideramos esenciales:
ASPECTO 1: La detección y la clasificación de la situación-problema
Llevamos años escuchando a muchos padres sus dudas acerca de si sus hijos presentan adicción a a las nuevas tecnologías o no. Como en todo, una buena detección, un buen proceso diagnóstico es clave para lograr éxito en la intervención.
Muchos programas hacen uso de conocidos test para valorar dicha adicción. El problema es que son herramientas extremadamente sensibles que en cuanto se da una respuesta tipo “si me olvido el teléfono en casa vuelvo a por él” ya lanzan a la categoría de adicción, y desde nuestra óptica, esto no es así.
El adulto o el adolescente necesita del teléfono para muchas acciones del día a día, tanto laborales como académicas o familiares. Nosotros hemos incluido varias categorías tales como uso elevado de las nuevas tecnologías, abuso de las nuevas tecnologías y adicción a las nuevas tecnologías. Una vez bien definida la situación, podemos empezar a trabajar enfocándonos exactamente en lo que la persona necesita.
ASPECTO 2: La intervención
Son muchos los que acuden a seminarios, talleres, cursos… sobre la “desintoxicación” de las nuevas tecnologías. ¿Les sucede a todos lo mismo? ¿Presentan la misma adicción? ¿El grado es el mismo? Sin duda alguna no. Cada persona debe ser tratada de forma individual. Esta es la primera premisa. Pero no debemos quedarnos en la persona, no. Hemos de avanzar hacia todos los que conviven en la casa, puestodos deben ir en la misma dirección para poder salir airosos de la situación.
Enfocamos la intervención en cuatro grandes áreas:
Área familiar: las estructuras familiares, disposición del hogar, acceso a los dispositivos que están generando problema, etc. No se tratará de boicotear a la persona a quien queremos ayudar, sino de establecer ciertas pautas para que pueda hacer un uso apropiado de la tecnología.
Área personal y social: en este caso nos centramos muy a fondo en diferentes aspectos personales y sociales de la persona que requiere nuestra ayuda. Generar impacto en ellos es una de las grandes claves para caminar hacia una solución perdurable.
Área motivacional: la motivación, nos gusta decir, es la llave que abre todas las puertas. Trabajar en este campo es esencial, pues con él, la persona logra hacer uso de un “as en la manga” en muy diversas situaciones. La motivación es otra de las claves.
Área cognitivo-conductual: Aquí centramos gran parte del trabajo en consulta. Comprende desde la puesta en práctica de diversos recursos cognitivos conductuales y las clásicas técnicas de modificación de conducta adaptadas a la realidad de nuestro siglo XXI, hasta el entrenamiento en diferentes habilidades de afrontamiento, técnicas de reducción del estrés y la ansiedad, etc.
El trabajo en domicilio: un valor añadido en este aspecto.
Nuestra posibilidad de desplazarnos al domicilio suma un valor añadido, pues vemos la situación in situ y nuestra impresión de la realidad es mucho mayor que vista desde la consulta. Nuestros especialistas en evaluación de la adicción a las nuevas tecnologías podrán asesorar sobre aspectos estructurales y funcionales.
No dude en consultar con nosotros telefónicamente sin ningún compromiso si desea ampliar información.